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miércoles, enero 8, 2025

2025: una oportunidad para el gobierno, nuevos retos para recuperar la senda

Por Osvaldo Santana

Ante la pérdida de aprobación del gobierno poco después de la juramentación para el nuevo período, el año que recién inicia ofrece una oportunidad a las autoridades para retomar la iniciativa y recobrar a plenitud la confianza pública.

Un mensaje de aliento a la Nación, como para recomenzar, respaldado por un plan de acciones asertivas, serían el comienzo para un año de resultados, que supere el San Benito de que este gobierno no es eficaz en las realizaciones, y que las promesas de obras no se cumplen, y especialmente, que las comienza, pero “nunca terminan” o toman demasiado tiempo para llevarlas a término.

En pocas palabras, el gobierno debe mejorar la imagen como hacedor de obras públicas. 

Ha de reconocer que se complicó demasiado al comprometerse con un alto volumen de obras desde la campaña de 2020, y durante el curso de los cuatro años, continuó prometiendo. Incluso, durante la campaña de 2024, Abinader anunció un paquete de nuevas obras en Santo Domingo, con los fondos de la renegociación del contrato por la concesión del aeropuerto internacional de las Américas José Francisco Peña Gómez con la empresa Aeropuertos Dominicanos Siglo XXI (Aerodom).

En efecto, en un dramático discurso del 14 de noviembre de 2023, en los prolegómenos de la campaña electoral para la reelección en marcha, el presidente Abinader dijo que con los 775 millones de dólares que recibiría del contrato de renegociación del acuerdo del aeropuerto, “en un periodo de seis meses”, se ejecutarían las siguientes obras:

  • Asfaltado en La caleta, Boca Chica, alrededores del aeropuerto y un programa extenso de asfalto en el Gran Santo Domingo y otros municipios con una inversión aproximada de 350 millones de dólares.
  • Vía expresa desde la Plaza de la Bandera, Isabel Aguiar (Pintura), conectando a la 6 de noviembre, con una inversión aproximada de 148 millones de dólares.
  • La solución de la Av. República de Colombia con Av. Los Próceres, expreso hasta la Jacobo Majluta y solución vial entre República de Colombia y avenida Monumental con una inversión aproximada de 108 millones de dólares.
  • La construcción del puente levadizo que sustituirá al puente flotante del Río Ozama, con una inversión de 50 millones de dólares.
  • La construcción del puente paralelo al Jacinto Peynado; que une la Av. Máximo Gómez con la Hermanas Mirabal de Santo Domingo Norte, con una inversión aproximada de 56 millones de dólares.
  • El paso a nivel en la carretera Sabana Perdida – La Victoria, con intersección en la Charles de Gaulle, con una inversión aproximada de 30 millones de dólares.
  • La Unidad Traumatológica de San Cristóbal por 15 millones de dólares, además de 139 pequeñas y medianas obras en todas las provincias del país, de las que 80 son deportivas, por un total de 18 millones de dólares.

En esa perspectiva, prometer o comprometer nuevas obras no haría demasiado bien al gobierno, que debe recuperar la plena confianza y la percepción de eficiencia en la ciudadanía.

Una meta importante sería concentrarse en la culminación de las obras prometidas y comprometidas, y especialmente, las de mayor alcance o impacto, como el distribuidor del tránsito del kilómetro 9 de la autopista Duarte, a punto de terminar, y no concluye, la circunvalación de Baní, la circunvalación de San Francisco de Macorís, Circunvalación de Navarrete, la Circunvalación de Los Alcarrizos, la ampliación, la circunvalación de Moca, que no llega a 2 kilómetros, y la mejoría  de la Autopista Duarte.

Igual, la carretera Barahona-Pedernales, la ciudad sanitaria Luis E. Aybar, el monorriel de Santiago, el tramo Navarrete-Cruce Esperanza y la Avenida Ecológica-Boca Chica. Y ser cauto con el anuncio de nuevas obras, aunque al finalizar el año ya anunciaron la construcción de la carretera Pedernales-Duvergé. 

Las prometidas

Pero hay otras obras comprometidas, y son: el Teleférico Santo Domingo Oeste. El tren metropolitano desde el Centro Olímpico hasta la Charles de Gaulle, en la avenida las Américas, y el Campus UASD Santo Domingo Este. Y otras de menor trascendencia que sería prolijo enumerar.

La presa de Monte Grande.

Merece una atención especial del gobierno este año, una obra fundamental para la región Suroeste, que ha estado en la carpeta de los últimos tres gobernantes, incluso reelegidos, y no terminan, aunque la administración Abinader terminó el embalse.

Ahora sirve para regular las crecidas del río Yaque del Sur y sus afluentes, pero el resto de las obras esenciales para riego y electricidad son materia pendiente, aunque han estado presupuestadas, sin materializarse.

De nuevo, Monte Grande entra en el presupuesto de 2025, con RD$3,790,654,827 para “rehabilitación”, de la presa de Sabana Yegua y obras de Monte Grande.

Endurecería la imagen del gobierno si desembolsa los  fondos presupuestados como contrapartidas para la Rehabilitación y Ampliación del Sistema de Riego de la Cuenca Baja del Río Yaque del Sur, la construcción de la Central Hidroeléctrica y la mejoría de la calidad de vida de los afectados por la obra.

Está previsto que el Banco Centroamericano de Integración haga los desembolsos de los préstamos ya negociados.

Todo eso fortalecería la asertividad en la gobernanza, siempre que se eviten las acciones que puedan computársele como erráticas.

Políticas y programas de la agenda aletargada

Asimismo, al gobierno le convendría retomar con presteza algunos programas y políticas que quedaron en la agenda del período anterior, especialmente en el último año, y que son esenciales para el éxito de la nueva gestión iniciada el pasado 16 de agosto.

No es necesario subrayar la necesidad de mantener la estabilidad macroeconómica, clave para todos los programas de crecimiento. El gobierno tiene necesariamente que reevaluar cómo afrontar el déficit fiscal, lo que entraña una reforma en el régimen tributario. Lo ocurrido en 2024 no puede quedar en el olvido.

Tiene también que incluir en esa agenda el déficit del sector eléctrico alimentado por las altas pérdidas de las distribuidoras eléctricas, lo que impacta las finanzas públicas; el endeudamiento del gobierno igual es insoslayable. En algún momento, de alguna manera se reflejará en la gobernanza.

La agenda misma del gobierno tiene priorizada la reforma de la seguridad social y el código laboral, al margen del plan oficial de reforma de la Administración, iniciada al inicio del nuevo período.

Temas como la migración, la seguridad alimentaria, igual constituyen retos y oportunidades para el 2025, que impactarán la calidad de la gobernanza del país.

La lucha de poder en el PRM

Asecha como un riesgo, una amenaza, la inevitable lucha de poder al interior del partido oficial, lo que igual requerirá la atención del presidente Abinader, toda vez que una competencia por la sucesión de la jefatura en el Partido Revolucionario Moderno (PRM) revertirá como una piedra en el camino.  

“Más de una docena de dirigentes del PRM, fundamentalmente funcionarios, han anunciado que buscarán la candidatura, iniciando una campaña interna que va tomando ribetes cada vez más peligrosos, atentando contra la estabilidad política del gobierno y la unidad del partido”. (Juan Taveras Hernández -Juan TH-, el Nacional de Ahora, 22 de diciembre de 2024).

Definitivamente, el 2025 representa un reto para el gobierno, y una oportunidad para recuperar la senda.

 

Osvaldo Santana
Osvaldo Santana
Osvaldo Santana es periodista.

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