Por Santo Salvador Cuevas
La confiscación de un avión de Venezuela, por el gobierno de Estados Unidos de América, en suelo dominicano, no solo genera al instante un ambiente de tensión y enfrentamiento entre dos países que deben proceder como hermanos, conforme a las relaciones históricas entre venezolanos y dominicanos, sino que llama a preocupación.
Además de la pregunta obligada, sobre qué hacía en suelo dominicano ese avión de matrícula venezolana, en momentos en que se han roto las relaciones diplomáticas entre ambos países; surge también como interrogante central la pregunta: ¿en qué tratado internacional, República Dominicana cede su soberanía a una nación extranjera para ejercer piratería, agresión o persecución contra un tercer país, que no acepta el tutelaje de EE.UU.?
Además, en ningún artículo de la Constitución se reza que somos una colonia, protectorado o patio trasero, de potencia extranjera alguna.
Ese proceder injerencista y de trazar pautas y operar como policía dueña del territorio dominicano por parte de los gringos, en este gobierno de Luis Abinader, no es limitativo a la confiscación de un avión, tal si esto fuera Miami, Carolina, California o Nueva York, sino que el control político-policial de los Estados Unidos en Santo Domingo, no es limitativo a la acción en debate, sino que es tan abarcador como vergonzoso.
Recientemente, en varios rincones del país, específicamente en la zona de Barahona, fuimos testigos del gran operativo de allanamientos y apresamientos de ciudadanos dominicanos, llevado a cabo por la DEA con el aval permisivo de este gobierno.
De igual manera, son los Estados Unidos de América quienes diseñan y deciden la política migratoria de nuestro país.
Por eso, la entrada abusiva y masiva de millares de indocumentados que van copando todo el territorio nacional.
El entreguismo de este gobierno es total y es lo que explica la tolerancia y ser sirena que canta, en el campo internacional, todo cuando le ordena el gobierno de Estados Unidos.
Permitir la confiscación de ese avión venezolano en nuestro aeropuerto, solo viene a ser parte de un conflicto internacional, que a nosotros no nos afecta, toda vez que no seamos nosotros los agresores y difamadores del proceso que se vive en Venezuela.
El gobierno de Venezuela ha reaccionado asociando al gobierno dominicano como "cómplice del robo" y, asimismo, ha procedido prolongando la suspensión de la relación comercial entre Venezuela y República Dominicana.
El gobierno de Luis Abinader, con este comportamiento nos jode la vida todos y arrastra al país a ser parte de un conflicto internacional, que solo beneficia las ansias de acumular poder y riquezas naturales, que son parte intrínseca de la naturaleza imperialista.
República Dominicana, sus gobernantes, deben alejarse del entreguismo y la sumisión.
La dignidad del pueblo y la esencia de soberanía e independencia nacionales, nunca deben perecer.
Nos unimos al rechazo a que nos comportemos como marionetas, de hacer siempre, lo que con nosotros quiera y se le antoje al Departamento de Estado de Estados Unidos.
Luis Abinader, más patriotismo, más vergüenza.
Muy buen comentario Tato